Mírate en el espejo de ti misma. En ese espejo que llevas muy dentro de tí, muy en el fondo de tu alma. Que la luz que se refleje al exterior deslumbre al receptor, con tus encantos, tu donaire y gracias natural; pero siempre siendo genuina, sin artificios ni ambagajes. Pon la mano sobre tu corazon y dale gracias a Dios de que has nacido Mujer y no bestia...Mírate en el espejo de tu alma-tocador y te verás como un ser Superior. Te verás como un ser vertical que mira al cielo, iluminado por el espíritu y con la capacidad de superarte y de sentirte plenamente realizada como Mujer y como Madre, si lo eres...
Respira ese aire de fortaleza y grandeza, que por tantos años le enseñe a mi hija Arquitecta; con la idea de que llenando su pecho, su alma y sus venas de oxígeno puro, aprendiera el valor y la consistencia que hay que tener para salir adelante...
No mires hacia atrás jamás, siempre levanta tu cabeza con donaire y seguridad. Sin miedo. Y busca con tus ojos un trocito de cielo y un beso caliente del sol.
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